domingo, 25 de enero de 2015

Algo se cuece en las profundidades.

Sed bienvenidos una vez más, en esta velada trasladaré nuestro marco habitual de conversación a las profundidades del Amazonas, concretamente a la Laguna Negra. En efecto, seguro que muchos lo habréis adivinado, la película de la que hablaré en esta ocasión es La mujer y el monstruo (Jack Arnold, 1954). Es curioso el título que se le dio a este largometraje en España, ya que pierde totalmente el encanto de su titulo original Creature of the Black Lagoon (La criatura de la Laguna Negra). Esta criatura viene de la mano de Jack Arnold, nominado a un Óscar como realizador del documental "With this hands" y al que le recordamos de películas de bajo presupuesto y ciencia ficción como "El increíble hombre menguante".


Esta mítica película trata sobre un hallazgo científico en el Amazonas, el cual se trata de una mano de un ser que desconcierta a los científicos, esto hará que se establezca una expedición arriba del río capitaneada por Mark (Richard Denning) para encontrar respuestas. Bajo esta premisa encontramos a un monstruo clásico del serie B como lo es esta criatura, que lejos de tener un cerebro animal, le hará la vida imposible a estos científicos; a todos excepto a Kay Lawrence (Julie Adams), por la cual parece sentir amor. Y si no había problemas suficientes le sumamos la contraposición de objetivos entre Mark que quiere matar al monstruo y David (Richard Carlson) que quiere resolver todas las incógnitas científicas que plantea la existencia de dicha criatura.

Las interpretaciones que encontramos en este film son magníficas, sobre todo la de sus tres protagonistas ya mencionados, a esto hay que sumarle la atmósfera que Arnold creó en lo profundo del Amazonas, con aguas pantanosas y estancadas en un escenario que a penas cambia en toda la película.  El barco estancado donde planean todo, se convertirá en el punto clave de la historia ya que siempre estará cercano al duelo con la bestia marina.

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El ritmo de esta película a veces puede flaquear un poco, pero este factor es salvado por otro gran punto, el cual es la sublime banda sonora compuesta por Joseph Gershenson, la cual nos mantendrá en vilo todo el rato como en la inmersiones de los buzos; por lo que estaremos mordiéndonos las uñas esperando ese susto que no tantas veces llega, algo digno de admirar en una película de terror, el factor sorpresa.

Para concluir, los efectos especiales no están nada mal para la época, las extremidades de la criatura tienen un gran realismo y la cabeza, a pesar de su inexpresión, funciona bastante bien para el espectador. Quedan bastante creíbles la inmersiones acuáticas y momentos como la rotura de un mástil del barco.



¿Por qué ver esta película?

Si te gustan las películas de monstruos y estás cansado de los mismos de siempre como drácula o los hombres lobo, aquí tienes una criatura poco explotada por la industria del cine que te hará mantenerte en tensión durante toda la película y con la que te acabarás encariñando.








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